Chile: en el radar mundial
Diario Financiero 21 - 07 - 2004
En los diferentes encuentros previstos por el Presidente Ricardo Lagos en la visita a Nueva York estuvo el de la sede de las Naciones Unidas (ONU), donde el tema central fue analizar, discutir y evaluar el avance del diálogo sobre la reforma del organismo multilateral.
En una primera sesión desayuno de trabajo con los integrantes del panel sobre Seguridad Internacional y reforma de la ONU, concurrieron los miembros permanentes como Francia, Gran Bretaña, Rusia y China, además de la mayoría de los países no permanentes en el Consejo de Seguridad. La pregunta que nos surgió luego de escuchar a cada uno de los expositores fue: ¿para qué la reforma de la ONU? Una primera respuesta la encontramos en los desafíos que vive este mundo global, acosado por los problemas sociales, ingobernabilidad, pobreza y brechas tecnológicas, sociales, culturales, educativas, que están separando más nuestra civilización. En un segundo nivel, está el concepto de la seguridad desde la lógica de los Estados y la seguridad desde la expectativa y visión de las personas. En esta última, se presentan severas asimetrías que han hecho perder la comprensión del rol que debe jugar la ONU.
La velocidad crucero que requiere una reforma tan profunda para alinear las esperanzas de las reglas multilaterales de estos tiempos y la desesperanza de millones de personas más la de los Estados, no se alcanza hasta el momento debido a un solo factor: la ausencia de voluntad política para resolver algo tan evidente como es darle prioridad después de 60 años a una nueva ONU. Lo que nos quedó claro, es que muchos países en público reconocen la necesidad de esta modernización y adecuación. Sin embargo, no se pasa a lo efectivo por algo simple: la ausencia de voluntad política.
El día que exista esta voluntad tendremos una institución moderna y proyectada para enfrentar los desafíos futuros. Por el momento nos quedaremos con otra pregunta: ¿qué significa la seguridad colectiva, la de todos los países o simplemente la de algunos? Ese es el nudo que hay que desatar. Para obtener una conclusión en este campo pasará un buen tiempo para poder tener resultados en esa dirección.
Luego, el Presidente Lagos se entrevistó con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, dominando los siguientes tópicos: la creencia de ambos dirigentes en el organismo multilareal, lo que parece obvio pero lo reafirmaron. Es decir, seguirán uniendo fuerzas para impulsar las reformas. Segundo, se abordó el caso de Haití desde la perspectiva de cómo darle las herramientas que requiere el Alto Comisionado, embajador Juan Gabriel Valdés, para cumplir con su misión. Esto hace referencia a construir el verdadero camino para hacer de esta nación un Estado. También el mandatario chileno estudia la solicitud de incrementar el número de efectivos en la isla, con la petición de enviar 80 ingenieros militares para trabajar en obras de infraestructura que tanto requiere Haití. Además del envió de 36 carabineros para entrenar la policía haitiana. Se espera llegar a crear un Fondo de hasta US$ 1.000 millones para la reconstrucción. Después, se habló de la situación de Irak.
En general y en particular, se ha solicitado a Chile el apoyo de expertos en los procesos electorales ya que han tomado en cuenta la sólida experiencia y el prestigio del Registro Nacional Electoral, reconocido a nivel mundial por su eficiencia. En esta materia Chile puede dar ayuda y el Gobierno lo estudiará para entregar una respuesta a esta petición. Otra actividad que estuvo en la agenda, fue el diálogo PNUD y Organizaciones no Gubernamentales en el The Challenge of Combating Poverty and Hunger: Mechanisms for Financing and Meeting Millennium Development Goals. En este sentido, lo que llamó la atención fue el seguimiento de esta actividad por parte del embajador de los Estados Unidos, el de la ONU y los miembros del Consejo de Seguridad.
En los diferentes encuentros previstos por el Presidente Ricardo Lagos en la visita a Nueva York estuvo el de la sede de las Naciones Unidas (ONU), donde el tema central fue analizar, discutir y evaluar el avance del diálogo sobre la reforma del organismo multilateral.
En una primera sesión desayuno de trabajo con los integrantes del panel sobre Seguridad Internacional y reforma de la ONU, concurrieron los miembros permanentes como Francia, Gran Bretaña, Rusia y China, además de la mayoría de los países no permanentes en el Consejo de Seguridad. La pregunta que nos surgió luego de escuchar a cada uno de los expositores fue: ¿para qué la reforma de la ONU? Una primera respuesta la encontramos en los desafíos que vive este mundo global, acosado por los problemas sociales, ingobernabilidad, pobreza y brechas tecnológicas, sociales, culturales, educativas, que están separando más nuestra civilización. En un segundo nivel, está el concepto de la seguridad desde la lógica de los Estados y la seguridad desde la expectativa y visión de las personas. En esta última, se presentan severas asimetrías que han hecho perder la comprensión del rol que debe jugar la ONU.
La velocidad crucero que requiere una reforma tan profunda para alinear las esperanzas de las reglas multilaterales de estos tiempos y la desesperanza de millones de personas más la de los Estados, no se alcanza hasta el momento debido a un solo factor: la ausencia de voluntad política para resolver algo tan evidente como es darle prioridad después de 60 años a una nueva ONU. Lo que nos quedó claro, es que muchos países en público reconocen la necesidad de esta modernización y adecuación. Sin embargo, no se pasa a lo efectivo por algo simple: la ausencia de voluntad política.
El día que exista esta voluntad tendremos una institución moderna y proyectada para enfrentar los desafíos futuros. Por el momento nos quedaremos con otra pregunta: ¿qué significa la seguridad colectiva, la de todos los países o simplemente la de algunos? Ese es el nudo que hay que desatar. Para obtener una conclusión en este campo pasará un buen tiempo para poder tener resultados en esa dirección.
Luego, el Presidente Lagos se entrevistó con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, dominando los siguientes tópicos: la creencia de ambos dirigentes en el organismo multilareal, lo que parece obvio pero lo reafirmaron. Es decir, seguirán uniendo fuerzas para impulsar las reformas. Segundo, se abordó el caso de Haití desde la perspectiva de cómo darle las herramientas que requiere el Alto Comisionado, embajador Juan Gabriel Valdés, para cumplir con su misión. Esto hace referencia a construir el verdadero camino para hacer de esta nación un Estado. También el mandatario chileno estudia la solicitud de incrementar el número de efectivos en la isla, con la petición de enviar 80 ingenieros militares para trabajar en obras de infraestructura que tanto requiere Haití. Además del envió de 36 carabineros para entrenar la policía haitiana. Se espera llegar a crear un Fondo de hasta US$ 1.000 millones para la reconstrucción. Después, se habló de la situación de Irak.
En general y en particular, se ha solicitado a Chile el apoyo de expertos en los procesos electorales ya que han tomado en cuenta la sólida experiencia y el prestigio del Registro Nacional Electoral, reconocido a nivel mundial por su eficiencia. En esta materia Chile puede dar ayuda y el Gobierno lo estudiará para entregar una respuesta a esta petición. Otra actividad que estuvo en la agenda, fue el diálogo PNUD y Organizaciones no Gubernamentales en el The Challenge of Combating Poverty and Hunger: Mechanisms for Financing and Meeting Millennium Development Goals. En este sentido, lo que llamó la atención fue el seguimiento de esta actividad por parte del embajador de los Estados Unidos, el de la ONU y los miembros del Consejo de Seguridad.
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