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Análisis

Chile y Perú: Nuestra mutua confianza

La crisis creada por las declaraciones de un ex general de Ecuador, puso en tensión por 48 horas las relaciones bilaterales entre Perú y Chile. Con el paso de los días, lentamente se ha ido bajando la escalada verbal que en un momento tuvo este episodio. Las relaciones han vuelto a su normalidad. La gran conclusión que nos arrojó esta digresión es no haber llevado por los cauces previamente establecidos una dudosa información, a la que se le dio en Lima, por algunos sectores la categoría de verdad, para hacerla parecer como una crisis.
Hace tres años, con la llegada del Presidente Alejandro Toledo al gobierno, formalizamos el mecanismo de 2+2 como el espacio para cumplir dos objetivos: vigorizar la confianza mutua y establecer un sistema de consultas a todo nivel para prevenir, y resolver problemas en nuestra relación bilateral.
Chile, ya el año de 1995 entregó a entera satisfacción de las autoridades peruanas de entonces toda la información, sobre la venta de municiones a Ecuador. La revisión de los antecedentes de la época en las dos naciones, nos muestran como en esa oportunidad se dio por zanjado y resuelto el tema. Las explicaciones fueron públicas. El canal utilizado, de gobierno a gobierno. Por eso, llama la atención como se llegó tan lejos. La respuesta que nos surge es una sola: hay sectores nacionalistas en Perú, que toman cualquier situación para intentar elevarla a la condición de crisis. Como es este caso. Lo curioso es que la temperatura la hicieron subir cuando el Presidente Toledo comparecía ante el Congreso a responder un cuestionario sobre un presunto fraude de firmas en la inscripción electoral de su Partido Perú Posible. Con Toledo agobiado por varias investigaciones en su contra. Y cuando los niveles de aceptación a su gestión se encuentran en los niveles bajos. Ahora, la atención la ocupa nuevamente la compra de compras de armas en la Administración de Fujimori, y el develamiento de un plan para atacar con intensidad a Ecuador. Curiosidades de la información que tiene un vértice coincidente, desviar la atención de la opinión pública.
Frente a la situación que era muy delicada, por el desprolijo manejo de las palabras de algunos personeros del gobierno peruano, Chile, optó por mostrar la cohesión que genera la política exterior. La premisa básica: cautela, e insistir en la vigencia de las instancias acordadas para abordar estas materias. Gobierno y Oposición, cerraron filas, sin fisuras, lo que merece destacarse, porqué esta directamente relacionado, con la paz política que vivimos. Así, el Presidente Lagos, el Ministro de la Defensa, la Cancillería y el Presidente del Senado, Sergio Romero, y las Comisiones de Relaciones Exteriores de nuestras dos cámaras sostuvieron una misma postura, que nos muestra al mundo exterior con una fuerte conexión política en los asuntos de Estado.
El episodio que comienza a disiparse por lo peregrino que fue, nos permite recomendar que no se puede seguir con tanta facilidad instalando crisis artificiales, porque quienes la hacen olvidan que en muchas áreas nos estamos integrando a pasos agigantados, en la economía, en el comercio, en las inversiones, en los flujos de bienes de capital, y personas. En el más sensible de todos los campos: el de la Defensa hemos construido sólidas bases de confianza. Qué decir de nuestro intercambio que aumenta día a día. El año pasado llegamos a los mil millones de dólares, entre importaciones y exportaciones lo que no es un dato menor, por eso resulta curioso por decirlo en los mejores términos que cada cierto tiempo se levanten voces que intentan alterar la normalidad lo que con tanto esfuerzo hemos logrado. No debe combinarse la política doméstica, con la exterior. Esa es la lógica de la confianza mutua. Aún más, los actores políticos de los dos países deben darle el espacio a las instancias que ayudan a amortiguar eventos antes que estos estallen en la opinión pública. La confianza es elemental en las relaciones internacionales, y mucho más si tenemos construidos los espacios para ello. De acuerdo a lo anterior el 2+2 es un excelente mecanismo, siempre que lo utilicemos. En caso contrario nos llenamos de acuerdos, actas, compromisos y cuando la situación lo exige no se ocupan.
Como dijo en su crónica un diario peruano, esto no es siquiera un incidente es una anécdota.

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