Crónica de viaje... el Medio Oriente
Diario Financiero 12 - 05 - 2004
Al estar sobre las reservas de petróleo más importantes del mundo, el Medio Oriente es una región geopolítica, estratégica y económicamente crucial para las naciones desarrolladas. Por eso, todo lo que por estas tierras ocurre, tiene repercusión global. Básicamente es un mosaico de intereses cruzados, donde están los tres principales conflictos mundiales: la inestabilidad de Irak; el deteriorado cuadro palestino-israelí y la ebullición del terrorismo. La pregunta que sigue ¿es posible resolver esos tres problemas? Veamos caso por caso.
En Irak, la tensión que se había concentrado en Faluya, la emblemática ciudad de la resistencia iraquí, se trasladó al sur, con el llamado a una guerra abierta contra los Estados Unidos, lanzada por el Clérigo, Moqtada Al Sader, donde se están librado fieros combates en Kufa, el bastión de esta milicia, muy cerca a la ciudad santa de los chiítas, Nayab. Se busca pulverizar esta milicia, que cada día está tomando fuerza y se ha convertido en una amenaza real contra las fuerzas de la coalición. El punto es que no se ve objetivamente el camino despejado para que el próximo 30 de junio se haga el traspaso del poder político a una entidad que represente auténticamente al pueblo iraquí, y esto abre más bien una incertidumbre adicional, si acaso es el paso para la guerra civil.
El cuadro se ve muy oscuro, porque se hace dificultoso para los Estados Unidos, Gran Bretaña, que lideran la Alianza, que expulsó del poder a Saddam Hussein, articular una fuente que genere una autoridad con legitimidad y reconocimiento de la mayoría. Se piensa por los estrategas de la post guerra que bastará seleccionar o remodelar el actual Consejo Provisional de Gobierno y ya estará resuelto el dilema político. Esta mirada así, carece de realismo, y en caso de empujarse este embolo, lo que tendremos es la excusa oficial para que se desate la guerra civil y se maten entre sí los iraquíes. La dimensión de lo que apuntamos, la elaboramos sobre la base del destino que busca cada grupo étnico, religioso y el rol que cumplen en esa compleja sociedad, los clanes y las tribus. Los sunitas, no pretender despojarse del poder que les concedió Hussein. Los chiítas, no desean seguir marginados cuando ellos son la mayoría en una población de 24 millones de habitantes, y los que más muertos pusieron tras la brutal persecución de Saddam. Los kurdos, muy sigilosamente, han jugado un rol de abierto apoyo a la coalición por una razón simple: avizoran que tienen a su alcance el sueño de los kurdos: crear el Estado del Kurdistan, lo que significa segregar una parte de Irak, y buscar meter presión en Turquía donde viven mas de 24 millones, para su entidad geopolítica.
De este modo, las cosas van más a un camino de colapso mayor, y se supone que hay naciones que juegan un rol de apoyo a los chiítas y grupos interesados en alcanzar el Kurdistan. Podremos llegar a un traspaso del poder, de las manos de Paul Bremer, el representante civil del presidente George W. Bush, en Irak, a una entidad vacía, sin legalidad, ni legitimidad, que son la fuente de la estabilidad. Lo que nos hace presumir que Estados Unidos, ha llegado para quedarse un largo tiempo, y que la ofrecida democracia es un espejismo, como la de un sediento en el desierto que cree ver en el horizonte un oasis, y se deshidrata. En Israel, pese a la carta enviada por Bush al Rey Abdullah II de Jordania, donde afirma su visión de dos Estados, la cruda realidad nos dice que eso en el mediano plazo no es posible. Que la Hoja de Ruta, lanzada aquí en el puerto de Aqaba, es una quimera, ya que el fanatismo de lado y lado, no deja un espacio, para volver a construir la esencia del diálogo: la confianza. Palestinos e israelíes no se tienen confianza. No se creen lo que se dicen y por lo tanto estaremos por los próximos tres años en una círculo vicioso de acción y reacción, -ojo por ojo, diente por diente- donde solamente ganará la violencia.
Es posible que en esta dinámica se queden ciegos y sin dientes. La paz, no está al alcance real de estos pueblos, y desde aquí se puede apreciar con mejor prisma este punto. El terrorismo seguirá actuando y se convertirá en el actor que con presión, miedo, y golpes letales intentará conducir la región hacia sus objetivos. ¿Y cuáles son estos? Han declarado como sus enemigos a Estados Unidos e Israel, en un primer nivel, y luego atacarán otras naciones según sea su propia agenda. Unas veces usarán la excusa de Irak. Otras se volcarán al interior de cada Nación, Emirato o Reino, para crear sensación de inestabilidad, de modo de llevar la voz cantante. Pese a eso, los intereses que se mueven en el Medio Oriente son de una magnitud y trascendencia insospechada, como para abandonar la zona.
Para el propio mantenimiento de su status como la nación más poderosa del mundo, en el caso de los Estados Unidos, necesita petróleo y a su vez, como siguen explorando, exportando, intermediando, las grandes empresas petroleras de Gran Bretaña, Alemania, Francia, son intereses que reportan tantas ganancias que han convertido entre todos al Medio Oriente, en una área estratégica del primer nivel. Es aquí donde la ecuación interés político, variable económica y consolidación de las estructuras productivas se cruzan en una dirección: petróleo.
En consecuencia, mientras existan estos intereses, y no se dé una real solución política en Irak, en Israel, el terrorismo seguirá avanzado, y con su terrible lógica golpeando, en cualquier punto del mundo, con tal de alcanzar sus objetivos. Ahora, habría que esperar cómo se lleva el debate entre los presidentes de los Parlamentos de Egipto, Turquía, Arabia Saudita, Kuwait, Irán, Bahrein y el anfitrión Jordania, bajo el auspicio de la Unión Interparlamentaria Mundial.
Al estar sobre las reservas de petróleo más importantes del mundo, el Medio Oriente es una región geopolítica, estratégica y económicamente crucial para las naciones desarrolladas. Por eso, todo lo que por estas tierras ocurre, tiene repercusión global. Básicamente es un mosaico de intereses cruzados, donde están los tres principales conflictos mundiales: la inestabilidad de Irak; el deteriorado cuadro palestino-israelí y la ebullición del terrorismo. La pregunta que sigue ¿es posible resolver esos tres problemas? Veamos caso por caso.
En Irak, la tensión que se había concentrado en Faluya, la emblemática ciudad de la resistencia iraquí, se trasladó al sur, con el llamado a una guerra abierta contra los Estados Unidos, lanzada por el Clérigo, Moqtada Al Sader, donde se están librado fieros combates en Kufa, el bastión de esta milicia, muy cerca a la ciudad santa de los chiítas, Nayab. Se busca pulverizar esta milicia, que cada día está tomando fuerza y se ha convertido en una amenaza real contra las fuerzas de la coalición. El punto es que no se ve objetivamente el camino despejado para que el próximo 30 de junio se haga el traspaso del poder político a una entidad que represente auténticamente al pueblo iraquí, y esto abre más bien una incertidumbre adicional, si acaso es el paso para la guerra civil.
El cuadro se ve muy oscuro, porque se hace dificultoso para los Estados Unidos, Gran Bretaña, que lideran la Alianza, que expulsó del poder a Saddam Hussein, articular una fuente que genere una autoridad con legitimidad y reconocimiento de la mayoría. Se piensa por los estrategas de la post guerra que bastará seleccionar o remodelar el actual Consejo Provisional de Gobierno y ya estará resuelto el dilema político. Esta mirada así, carece de realismo, y en caso de empujarse este embolo, lo que tendremos es la excusa oficial para que se desate la guerra civil y se maten entre sí los iraquíes. La dimensión de lo que apuntamos, la elaboramos sobre la base del destino que busca cada grupo étnico, religioso y el rol que cumplen en esa compleja sociedad, los clanes y las tribus. Los sunitas, no pretender despojarse del poder que les concedió Hussein. Los chiítas, no desean seguir marginados cuando ellos son la mayoría en una población de 24 millones de habitantes, y los que más muertos pusieron tras la brutal persecución de Saddam. Los kurdos, muy sigilosamente, han jugado un rol de abierto apoyo a la coalición por una razón simple: avizoran que tienen a su alcance el sueño de los kurdos: crear el Estado del Kurdistan, lo que significa segregar una parte de Irak, y buscar meter presión en Turquía donde viven mas de 24 millones, para su entidad geopolítica.
De este modo, las cosas van más a un camino de colapso mayor, y se supone que hay naciones que juegan un rol de apoyo a los chiítas y grupos interesados en alcanzar el Kurdistan. Podremos llegar a un traspaso del poder, de las manos de Paul Bremer, el representante civil del presidente George W. Bush, en Irak, a una entidad vacía, sin legalidad, ni legitimidad, que son la fuente de la estabilidad. Lo que nos hace presumir que Estados Unidos, ha llegado para quedarse un largo tiempo, y que la ofrecida democracia es un espejismo, como la de un sediento en el desierto que cree ver en el horizonte un oasis, y se deshidrata. En Israel, pese a la carta enviada por Bush al Rey Abdullah II de Jordania, donde afirma su visión de dos Estados, la cruda realidad nos dice que eso en el mediano plazo no es posible. Que la Hoja de Ruta, lanzada aquí en el puerto de Aqaba, es una quimera, ya que el fanatismo de lado y lado, no deja un espacio, para volver a construir la esencia del diálogo: la confianza. Palestinos e israelíes no se tienen confianza. No se creen lo que se dicen y por lo tanto estaremos por los próximos tres años en una círculo vicioso de acción y reacción, -ojo por ojo, diente por diente- donde solamente ganará la violencia.
Es posible que en esta dinámica se queden ciegos y sin dientes. La paz, no está al alcance real de estos pueblos, y desde aquí se puede apreciar con mejor prisma este punto. El terrorismo seguirá actuando y se convertirá en el actor que con presión, miedo, y golpes letales intentará conducir la región hacia sus objetivos. ¿Y cuáles son estos? Han declarado como sus enemigos a Estados Unidos e Israel, en un primer nivel, y luego atacarán otras naciones según sea su propia agenda. Unas veces usarán la excusa de Irak. Otras se volcarán al interior de cada Nación, Emirato o Reino, para crear sensación de inestabilidad, de modo de llevar la voz cantante. Pese a eso, los intereses que se mueven en el Medio Oriente son de una magnitud y trascendencia insospechada, como para abandonar la zona.
Para el propio mantenimiento de su status como la nación más poderosa del mundo, en el caso de los Estados Unidos, necesita petróleo y a su vez, como siguen explorando, exportando, intermediando, las grandes empresas petroleras de Gran Bretaña, Alemania, Francia, son intereses que reportan tantas ganancias que han convertido entre todos al Medio Oriente, en una área estratégica del primer nivel. Es aquí donde la ecuación interés político, variable económica y consolidación de las estructuras productivas se cruzan en una dirección: petróleo.
En consecuencia, mientras existan estos intereses, y no se dé una real solución política en Irak, en Israel, el terrorismo seguirá avanzado, y con su terrible lógica golpeando, en cualquier punto del mundo, con tal de alcanzar sus objetivos. Ahora, habría que esperar cómo se lleva el debate entre los presidentes de los Parlamentos de Egipto, Turquía, Arabia Saudita, Kuwait, Irán, Bahrein y el anfitrión Jordania, bajo el auspicio de la Unión Interparlamentaria Mundial.
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