Irak: Sangrienta transición
Diario Financiero 29 - 06 - 2004
Una serie de atentados y enfrentamientos sacuden a Irak: Explosiones de coches bombas, asesinatos selectivos contra miembros del gobierno provisional, ataques a estaciones de policía, enfrentamientos armados, ataques suicidas ha sido la nota preeminente en los últimos días, de un cruento baño de sangre. Esto muestra un devastador cuadro a solo un día del traspaso del poder al Gobierno Provisional.
La coordinada operación de atacar múltiples objetivos, en diversos lugares, revela la clara intención de los milicianos iraquíes y los grupos radicales islámicos, conectados con la red de Al Qaeda, de producir un escenario de convulsión y efervescencia para interferir directamente con el traspaso de la soberanía nacional a un gobierno interino de parte de las fuerzas de ocupación, lideradas por Estados Unidos, para mañana miércoles 30 de junio. El temor que los milicianos seguidores del derrocado régimen de Saddam Hussein, estén actuando sincronizadamente con los grupos radicales de Osama Bin Laden, tomó cuerpo.
Inicialmente se pensaba, que los miles de leales partidarios de Hussein, integrantes de los temidos servicios de seguridad, y efectivos militares, que actuaron bajo las órdenes del derrocado dirigente, actuaban solos. También se creía que había llegado a Irak, Al Qaeda, a librar batalla contra las tropas de la coalición, formando grupos, células, sin tener contacto con las milicias locales.
La realidad de los hechos, nos lleva a plantear que estos dos brazos: milicianos iraquíes y Al Qaeda, están actuando coordinada, y operativamente con un objetivo preciso: profundizar la inestabilidad política en Irak. Buscan, que el traspaso del poder a manos del actual presidente del Gobierno Provisional Ghalil Al Jaur, sea el más traumático posible. Están sembrando las semillas del odio que logre dividir a los iraquíes. Muestran un impresionante despliegue operativo que revela una alta capacidad de fuego, cuando atacan distintos blancos, de manera encadenada. Revelan un cabal conocimiento y dominio de las técnicas de los servicios de inteligencia, porque eligen el objetivo del ataque, en función del efecto político. Esto es, mostrarle a los Estados Unidos y Gran Bretaña, que aunque hayan logrado contar con el apoyo de las Naciones Unidas para poner en marcha la transición política, están dispuestos a descarrilar todo el proceso, que debe concluir el año próximo con una Constitución propia, elecciones libres y soberanas y autoridades auténticamente representativas de la voluntad popular de los iraquíes.
La protección de la vida del presidente del Gobierno Provisional, Ghalil Al Jaur, deberá ser una prioridad, junto a la del Primer Ministro, para evitar un descalabro en la entidad que debe darle curso al plan de dotar a Irak, del sueño de su pueblo de ser un Estado/Nación soberano, autónomo e independiente.
Una serie de atentados y enfrentamientos sacuden a Irak: Explosiones de coches bombas, asesinatos selectivos contra miembros del gobierno provisional, ataques a estaciones de policía, enfrentamientos armados, ataques suicidas ha sido la nota preeminente en los últimos días, de un cruento baño de sangre. Esto muestra un devastador cuadro a solo un día del traspaso del poder al Gobierno Provisional.
La coordinada operación de atacar múltiples objetivos, en diversos lugares, revela la clara intención de los milicianos iraquíes y los grupos radicales islámicos, conectados con la red de Al Qaeda, de producir un escenario de convulsión y efervescencia para interferir directamente con el traspaso de la soberanía nacional a un gobierno interino de parte de las fuerzas de ocupación, lideradas por Estados Unidos, para mañana miércoles 30 de junio. El temor que los milicianos seguidores del derrocado régimen de Saddam Hussein, estén actuando sincronizadamente con los grupos radicales de Osama Bin Laden, tomó cuerpo.
Inicialmente se pensaba, que los miles de leales partidarios de Hussein, integrantes de los temidos servicios de seguridad, y efectivos militares, que actuaron bajo las órdenes del derrocado dirigente, actuaban solos. También se creía que había llegado a Irak, Al Qaeda, a librar batalla contra las tropas de la coalición, formando grupos, células, sin tener contacto con las milicias locales.
La realidad de los hechos, nos lleva a plantear que estos dos brazos: milicianos iraquíes y Al Qaeda, están actuando coordinada, y operativamente con un objetivo preciso: profundizar la inestabilidad política en Irak. Buscan, que el traspaso del poder a manos del actual presidente del Gobierno Provisional Ghalil Al Jaur, sea el más traumático posible. Están sembrando las semillas del odio que logre dividir a los iraquíes. Muestran un impresionante despliegue operativo que revela una alta capacidad de fuego, cuando atacan distintos blancos, de manera encadenada. Revelan un cabal conocimiento y dominio de las técnicas de los servicios de inteligencia, porque eligen el objetivo del ataque, en función del efecto político. Esto es, mostrarle a los Estados Unidos y Gran Bretaña, que aunque hayan logrado contar con el apoyo de las Naciones Unidas para poner en marcha la transición política, están dispuestos a descarrilar todo el proceso, que debe concluir el año próximo con una Constitución propia, elecciones libres y soberanas y autoridades auténticamente representativas de la voluntad popular de los iraquíes.
La protección de la vida del presidente del Gobierno Provisional, Ghalil Al Jaur, deberá ser una prioridad, junto a la del Primer Ministro, para evitar un descalabro en la entidad que debe darle curso al plan de dotar a Irak, del sueño de su pueblo de ser un Estado/Nación soberano, autónomo e independiente.
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