"Envíen a John Kerry a la Presidencia "
Diario Financiero 02 - 08 - 2004
La Convención Nacional Demócrata se cerró en Boston con un claro objetivo: consolidar la figura del senador John F. Kerry de cara a las elecciones del 2 de noviembre y presentarlo al electorado como la mejor alternativa frente al presidente republicano George W. Bush. Todo lo anterior bajo el lema de campaña: Más fuertes en el país, respetados en el mundo.
Los demócratas pusieron en escena una prolija plataforma de lanzamiento de la fórmula John F. Kerry John Edwards, para encantar a los electores indecisos y el voto latino. Llevaron a sus figuras más influyentes, recurrieron al carisma del ex presidente Bill Clinton, a la chispeante Hillary Clinton, a Jimmy Carter y le dieron la presidencia del evento a Bill Richarson, el gobernador del Estado de Nuevo México, marcando el hecho que por primera vez en la historia de los demócratas un hispano fue su máxima autoridad.
Los demócratas tienen la sensación de que están más cerca de recuperar el poder después de cuatro años de gobierno republicano, una hipótesis que parecía descabellada dos años atrás, por una fuerte ola de apoyo popular al presidente George W. Bush, luego de los brutales atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Bush recibió desde todos los puntos de los Estados Unidos, un inmenso capital político, que canalizó llamando a una guerra total contra el terrorismo. Sin embargo, esa gran cuenta corriente a su favor, se le está agotando en las arenas del Golfo Pérsico. Bush se entrampó en Irak y ha visto esfumar el incondicional apoyo. A ese punto débil le apuntaron los oradores. Jimmy Carter se concentró en destacar los valores de Kerry, para golpear a Bush, habló de verdad, justicia y derechos humanos.
Al Gore fue mucho más directo y duro, cuando se preguntó ¿si acaso no estarían más seguros con un presidente que no insistiera en confundir a Al-qaeda con Irak? Acusó que EE.UU., está dividido por culpa de la política de Bush. Hillary Clinton, puso la nota del olfato político: Yo sé de un gran líder cuando veo uno... Kerry es un hombre serio para un trabajo serio y liderará al mundo, no lo enajenará. Luego llamó a su marido, el ex presidente Bill Clinton, que lanzó el grito de batalla: ¡Envíen a John Kerry a la Presidencia. Con su carisma desplegado a pleno, Clinton demostró una vez más ser la estrella del partido, inyectando una tremenda dosis de energía a los demócratas.
Kerry sorprendió, su discurso que lo remarcaba conciliador con su adversario, brotaba frase a frase duros golpes a Bush, sin mencionarlo por su nombre. Por eso su frase, quiero hacer de EE.UU. un país más fuerte y más respetado en el mundo, es una abierta alusión a la política exterior de los republicanos, que hoy es todo lo contrario, no son fuertes ni respetados. El candidato dejó en evidencia que la Convención y su discurso era el momento político más importante de su vida.
La Convención Nacional Demócrata se cerró en Boston con un claro objetivo: consolidar la figura del senador John F. Kerry de cara a las elecciones del 2 de noviembre y presentarlo al electorado como la mejor alternativa frente al presidente republicano George W. Bush. Todo lo anterior bajo el lema de campaña: Más fuertes en el país, respetados en el mundo.
Los demócratas pusieron en escena una prolija plataforma de lanzamiento de la fórmula John F. Kerry John Edwards, para encantar a los electores indecisos y el voto latino. Llevaron a sus figuras más influyentes, recurrieron al carisma del ex presidente Bill Clinton, a la chispeante Hillary Clinton, a Jimmy Carter y le dieron la presidencia del evento a Bill Richarson, el gobernador del Estado de Nuevo México, marcando el hecho que por primera vez en la historia de los demócratas un hispano fue su máxima autoridad.
Los demócratas tienen la sensación de que están más cerca de recuperar el poder después de cuatro años de gobierno republicano, una hipótesis que parecía descabellada dos años atrás, por una fuerte ola de apoyo popular al presidente George W. Bush, luego de los brutales atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Bush recibió desde todos los puntos de los Estados Unidos, un inmenso capital político, que canalizó llamando a una guerra total contra el terrorismo. Sin embargo, esa gran cuenta corriente a su favor, se le está agotando en las arenas del Golfo Pérsico. Bush se entrampó en Irak y ha visto esfumar el incondicional apoyo. A ese punto débil le apuntaron los oradores. Jimmy Carter se concentró en destacar los valores de Kerry, para golpear a Bush, habló de verdad, justicia y derechos humanos.
Al Gore fue mucho más directo y duro, cuando se preguntó ¿si acaso no estarían más seguros con un presidente que no insistiera en confundir a Al-qaeda con Irak? Acusó que EE.UU., está dividido por culpa de la política de Bush. Hillary Clinton, puso la nota del olfato político: Yo sé de un gran líder cuando veo uno... Kerry es un hombre serio para un trabajo serio y liderará al mundo, no lo enajenará. Luego llamó a su marido, el ex presidente Bill Clinton, que lanzó el grito de batalla: ¡Envíen a John Kerry a la Presidencia. Con su carisma desplegado a pleno, Clinton demostró una vez más ser la estrella del partido, inyectando una tremenda dosis de energía a los demócratas.
Kerry sorprendió, su discurso que lo remarcaba conciliador con su adversario, brotaba frase a frase duros golpes a Bush, sin mencionarlo por su nombre. Por eso su frase, quiero hacer de EE.UU. un país más fuerte y más respetado en el mundo, es una abierta alusión a la política exterior de los republicanos, que hoy es todo lo contrario, no son fuertes ni respetados. El candidato dejó en evidencia que la Convención y su discurso era el momento político más importante de su vida.
1 comentario
Quetzalcóatl Leija Herrera -
Alguien tiene los discursos completos de Clinton y Carter en esa Convención? Por favor envienlos a qlh28@hotmail.com
Gracias