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Análisis

Esperanza en el Medio Oriente

Diario Financiero 10 - 01 - 2005

El mapa político de Israel tomará una nueva dimensión, con la forma audaz en que el primer ministro Ariel Sharon ha convencido a su tradicional rival Simón Pérez, líder del principal partido de oposición el laborista, de sumarse a un gobierno de unidad nacional. Sharon, con una envidiable muñeca, ha hecho realidad esa máxima que dice que la política es el arte de hacer posible lo imposible.
Hoy concurre a su llamado uno de los gestores y arquitectos del primer proceso de acercamiento entre palestinos a israelíes, Simón Pérez. La presencia de éste en el gobierno de Sharon supone dos condiciones: la primera, es un aval reconocido mundialmente y respetado que hará que Sharon, no tenga una agenda oculta y juegue con las cartas sobre la mesa para evitar que el pueblo palestino siga viendo como lejano el día en que contarán con un Estado-Nación como corresponde. Segundo, Pérez es un experto en manejar y entenderse con los “duros”.
¿Qué ha unido a Sharon y a Pérez? Destrabar un conflicto iniciado en la segunda Intifada Palestina, en 2000. Sharon no ha podido cumplir con los dos ejes principales de su programa de gobierno: paz y seguridad a los israelitas, porque las condiciones de desmedro de la situación palestina -la frustración- ha permitido que los fanatismos de los dos lados hayan aflorado y quieran cerrarle el paso a una situación que es inevitable. Más tarde que temprano, la premisa de los dos estados, el de Israel y el de Palestina, será una realidad, es cosa de tiempo.
El anunciado plan de Sharon para evacuar los asentamientos judíos deja espacio para la esperanza. Su nueva coalición con el partido Laborista induce a pensar que su plan de repliegue debería salir adelante y que será el punto de partida para enfrentar, por cierto, una carrera de obstáculos. Si uno tiene una mirada optimista podría pensar que la retirada de Gaza -si finalmente se produce- generará su propia dinámica, que dejara una ventana abierta para una paz duradera. Después de que Sharon y Bush demonizaron la figura del fallecido presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat por tanto años y explotado ese aborrecimiento para sabotear cualquier paso hacia la paz, ahora esa coartada ha desaparecido junto con el líder palestino. Abu Mazen terminará con la idea que al lado palestino no hay con quien negociar. Él es el próximo negociador palestino, así se desprende del resultado parcial de las elecciones que tenemos a nuestro alcance. La verdad es que nadie puede predecir qué sucederá mañana.
Sobra decir que Israel -y la Comunidad Internacional- deben cooperar con el interlocutor palestino que sea elegido por su pueblo. Hay un cuadro para una nueva oportunidad de detener la violencia y abrir espacios de entendimiento. ¿Se sabrá aprovechar o será una frustración más? Sharon, Bush, Pérez, Abu Mazen, la ONU, la Unión Europea y el mundo tienen la palabra.

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