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Análisis

Ucrania: a tercera vuelta electoral

Meganoticias 25 - 12 - 2004.

Ucrania, está lista para la repetición de la segunda vuelta presidencial, tras cuestionarse el resultado que desembocó en una crisis, la que obligó a eliminar los comicios, que le dieron el triunfo al candidato del gobierno Víctor Yanukovich.
La presión popular de los seguidores del candidato opositor Víctor Yuschenko, en llamada la revolución naranja, logró que el Tribunal Electoral, tomara el camino de una nueva segunda vuelta, para evitar una crisis que bien tuvo terminar en un derramamiento de sangre. No abandonar la calle, soportar el inclemente frío, por tener la seguridad que el resultado del pasado 21 de noviembre, no era limpio, y se había producido un gran fraude, le dio la razón a Yuschenko. Ayudó de modo crucial a repetir las elecciones, negociaciones donde participaron directamente los candidatos, el presidente de Polonia, el representante de la Comunidad Europea. Y todos concluyeron que el mejor camino, para Ucrania era una nueva votación
Así, el candidato de la oposición, Viktor Yushchenko, surge como un claro favorito para vencer en las elecciones presidenciales de mañana domingo, ya que las encuestas le dan 14 puntos de ventaja sobre el primer ministro Viktor Yanukovich. Un hombre que es bien visto por el gobierno de Rusia.
La situación ha cambiado fundamentalmente después de la revolución naranja, ese movimiento de protesta sin precedente desde la independencia de Ucrania en 1991, que siguió a la elección fraudulenta del 21 de noviembre ganada oficialmente por Yanukovich. Cientos de miles de ucranios partidarios de Viktor Yushchenko se congregaron durante casi tres semanas en la plaza de la Independencia en Kiev, tras anunciarse los resultados de la segunda vuelta, para denunciar lo que llamaron el robo de los votos del pueblo.
Los 37 millones de electores ucranios deberán votar con la atenta mirada de 12.300 observadores extranjeros, encargados de seguir el proceso electoral y darle el piso de legitimidad a los resultados. Se desprende que la rigurosidad de las autoridades electorales debe estar a la altura de evitar un nuevo estallido social. Y cada uno de los candidatos con la obligación de reconocer, el veredicto de la votación.
La situación ha cambiado fundamentalmente después de la revolución naranja, ese movimiento de protesta sin precedente desde la independencia de Ucrania en 1991, que siguió a la elección fraudulenta del 21 de noviembre ganada oficialmente por Yanukovich. Cientos de miles de ucranios partidarios de Viktor Yushchenko se congregaron durante casi tres semanas en la plaza de la Independencia en Kiev, tras anunciarse los resultados de la segunda vuelta, para denunciar lo que llamaron el robo de los votos del pueblo. Yushchenko, cuyo rostro sigue marcado con las huellas del envenenamiento con dioxina perpetrado para eliminarlo físicamente, pudo tener acceso a los medios de comunicación controlados por el gobierno, lo que no había ocurrido antes. La sociedad ucrania sigue teniendo una actitud crítica con respecto al procedimiento electoral, pese a las enmiendas de la ley electoral aportadas después de la segunda vuelta y los cambios en el seno de la Comisión Electoral Central.
Yushchenko, líder opositor y favorito para la repetición de las elecciones del domingo en Ucrania, ha señalado que su cara desfigurada por un envenenamiento representa el rostro de su país y sus enconadas divisiones políticas. Sus partidarios señalan que es el único que puede recomponer a Ucrania, acabar con la corrupción galopante y frenar el deseo ruso de controlar el país. En el fondo, quién salga electo Presidente, tiene la responsabilidad de trabajar por la unidad de una sociedad evidentemente dividida.

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